Cuando oigo que un hombre tiene el hábito de la lectura, estoy predispuesto a pensar bien de él.
Nicolás de Avellaneda
¿Quién me quita lo bailado? reza el refrán. Se refiera a todas aquellas cosas que a pesar de traernos "consecuencias" nos dejan satisfacciones imposibles de perder. Siento que el mismo sabor tienen los libros, nunca tienen desperdicio, aunque los hay malos y que probablemente se sientan como una perdida de tiempo suelen dejarnos algo enredados en la cabeza aunque sea unos cuantos chispazos de genialidad o por lo menos decencia. 

Como lector asiduo (no confundir con ácido) suelo llevarme más de un fiasco al leer, pero también más de una sorpresa. La idea de este blog es plasmar aquí todo lo leído, tanto bueno como malo. No pretendo ser un critico de literatura ni ostento más conocimientos que los de un admirador de la magia de las letras, de modo que es más bien una botella al mar contándoles lo que he leído y aseverando que nada ni nadie podrá quitarme todo aquello que haga el mágico viaje del papel (o la pantalla a mi cabeza) 

La mesa esta servida. ¿Quién me quita lo leído?